22 may 2014

Los pájaros han pasado de amigos a enemigos en poco tiempo

Els ocells amics (Los pájaros amigos) es el título de un libro clásico, de colorida prosa descriptiva, publicado en 1922 por la pluma privilegiada de Josep M. de Sagarra, el poeta, dramaturgo, y articulista (así como ornitólogo amateur, como lo era Vladimir Nabokov). Ha sido reeditado en varias ocasiones por Editorial Juventud, pero algunos pájaros del mundo de hoy han dejado de ser de ser amigos como antaño. Las palomas, las gaviotas y las cotorras eran sujetos poéticos pocas décadas atrás y se han convertido en un peligro sanitario en las grandes ciudades. Los vencejos, las
golondrinas y los estorninos plantean más problemas en el campo y las ciudades medianas.
El Ayuntamiento de Barcelona acaba de sacar a concurso el nuevo contrato para el control de las poblaciones de palomas y gaviotas en el municipio, a fin de seguir reduciendo la población de esas especies mediante la captura, la retirada de nidos y en algunos casos el sacrificio de ejemplares (25.000 pájaros sacrificados por año). Hace siete años la colonia de palomas en la ciudad se estimaba en 256.000 ejemplares, ahora son unos 100.000 y los servicios competentes creen que deberían ser 60.000 como máximo por razones de higiene. 
El ecologismo lanzó años la alarma de peligro de extinción de algunas especies. Ahora topamos en algunos casos con el peligro inverso de la sobrepoblación. Las autoridades que se ocupaban más o menos de la protección ahora gestionan la eliminación selectiva. Las gaviotas fueron un símbolo romántico de los ambientes de marina y ahora son consideradas con frecuencia auténticas “ratas del cielo”. El departamento de Agricultura de la Generalitat ha autorizado en repetidas ocasiones la eliminación con narcóticos inyectados en trozos de pan, por ejemplo en las Islas Medas, de modo a combatir el incremento desmesurado de la colonia.
Los inocentes estorninos y su piar en bandada se han convertido en una peste en determinadas localidades medias, combatidos encarnizadamente con todo tipo de técnicas. De la repoblación a la sobrepoblación, de la protección a la eliminación selectiv ha transcurrido a veces escaso tiempo. La principal mutación ha sido sin duda la del hombre y sus modos de vida. Los excesos de los pájaros constituyen apenas un tímido reflejo. 
La habilidad de los pájaros que los hombres envidiamos no es el hecho de volar. Eso con Ryanair y Vueling los humanos lo hemos resuelto a bajo precio y sin misterio. Se trata de algo que a nosotros nos cuesta más imitar, que nos paraliza en comparación con ellos. Muchos pájaros se detienen en cualquier punto de la copa de los árboles o de las cornisas de las casas sin miedo a que se rompan, posiblemente porque no sitúan la confianza en la rama o la cornisa sino en las propias alas. Los inconvenientes sanitarios de la sobrepoblación no son más que una coartada científica.

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