10 ago 2015

Una discutida, aunque estratégica, imperfección anatómica del David de Miguel Ángel

Bajo el titular “El tamaño sí importa”, el autorizado periodista científico Josep Corbella me sorprendió un buen día en las páginas del diario La Vanguardia con los resultados de una investigación: “El pene de los gorilas mide un centímetro y medio, aunque pueda llegar a los cuatro en momentos de máxima erección. El de los chimpancés es el doble de grande. Pero el de los humanos bate récords. Con una longitud media de 9 centímetros en estado de flacidez y entre 13 y 14 en erección, es con diferencia el rey de los penes entre los primates. ¿Qué llevó a los humanos a dotarse de una carga tan poco práctica para correr por la sabana o de manejarse en la selva es para los biólogos evolutivos
uno de los grandes enigmas de la naturaleza. El gran enigma del pene, podría llamarse. Científicos de la Universidad Nacional de Australia en Canberra tienen ahora una respuesta. Si el pene ha crecido tanto a lo largo de la evolución humana, sostienen, es porque las mujeres han preferido hombres con penes grandes a la hora de aparearse”.
El estudio contó con una encuesta entre 105 mujeres para que evaluaran por ordenador el atractivo del tamaño del pene en reposo de 52 figuras masculinas. Según los resultados presentados en la revista Procedings, de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, el atractivo aumentaba al mismo ritmo que la medida. Ande o no ande, que sea grande. 
El aura sacralizada de la ciencia daba a la información un aire de credibilidad. Yo argumenté lo mismo en mi libro Ofici d’amant a Florència a propósito del pene del célebre David de Miguel Ángel y se me echaron encima por machista cavernario, capaz de sostener que esa obra maestra universal la tiene pequeña. Lo escribí y justifiqué como fruto de la observación del juego de proporciones de la estatua, considerada como el molde renacentista de belleza masculina. Es una de las más conocidas del mundo, recibe cada año más de un millón de visitantes, sus genitales se encuentran reproducidos en postales, carteles y todo tipo de ilustraciones. 
No pretendía formular ninguna boutade al decir que el David miguelangesco la tiene pequeña. Lo sigo pensando y veo que no soy el único. Un estudio de los profesores florentinos Pietro Antonio Bernabei y Massimo Giuliano, publicado después que mi libro en Il Giornale dell'Arte y en el boletín del Instituto Danés de Historia del Arte, ha expuesto que la desproporción del pisello o miembro viril del personaje es atribuible al hecho de haber sido representado por el escultor en una postura de tensión, justo antes de lanzar la piedra con la honda contra Goliat, postura que lógicamente comporta la contracción de los músculos, inclusive ese. 
Encuentro la explicación muy relativa. El mismo estudio apunta otro aspecto del famoso pisello, en el que no me había fijado. Dicen que Miguel Ángel, pese a ser de origen judío, representó a David sin circuncidar. Esto me parece más secundario que el encogimiento, no me sabe tan mal.

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