20 jun 2017

Pep Guardiola también nos enseña el origen del Universo, en menos de un minuto

El futbolista Pep Guardiola sabe un poco de todo. Acaba de protagonizar un spot televisivo de la cerveza mexicana Tecate en que actúa de profesor encima de un estrado y dice: “Hay muchas teorías sobre el origen del Universo. La más acertada es que el big bang, la gran explosión, el gran destello, fue una simple y maravillosa patada inicial, una patada que desencadenó la vida”. Él se refiere al futbol, naturalmente, aunque no va tan desencaminado en cuanto al proceso, la gestación del mundo. Los cosmólogos creen que el origen de todo se halla en el big bang, el fogonazo
inicial en la inmensidad del espacio cósmico hace 15.000 millones de años, que es la edad del Universo.
Aquella explosión primera elevó la materia a temperaturas y densidades extremas. A lo largo del enfriamiento posterior se fueron formando las estructuras de les galaxias, las miríadas o grumos de estrellas. Una galaxia puede sumar 100.000 millones de estrellas. El Universo nos supera sin medida en todos los aspectos.
Una estrella es una esfera de materia formada por la atracción gravitatoria de su material y que genera energía en su centro como consecuencia de las reacciones nucleares que se producen. El diminuto planeta Tierra, cuya masa se condensó hace 4.470 millones de años, es una estrella de la galaxia de la Vía Láctea que orbita alrededor del Sol. Calculan que el Sol nació hace 4.600 millones de años. 
Hay miles de millones de galaxias como la nuestra. La Vía Láctea (la palabra griega galactos significa leche) contiene más de 100.000 millones de estrellas esparcidas en un área en forma de disco, cuyo diámetro es de 100.000 años luz (un año luz equivale a 10 billones de km, mientras que la velocidad de la luz es de 300.000 km/segundo). 
Que se sepa hasta ahora, la Tierra es el único planeta del Universo en que se ha desarrollado lo que llamamos vida, gracias a la evolución nuclear, química y biológica de las bacterias hasta la aparición de la inteligencia humana. Las moléculas se asociaron en estructuras capaces de reproducirse y alumbrar las primeras células, las cuales se convirtieron en organismos cada vez más complejos. 
El primer tramo de esa evolución se produjo dentro del agua, con moléculas protegidas de los rayos ultravioletas. El planeta Tierra es el único que dispone de agua en estado líquido (en otros del sistema solar se encuentra en forma de hielo o vapor). El planeta que denominamos Tierra está cubierto de agua en un 70%, del mismo modo que el agua representa una proporción similar del cuerpo de cada persona. 
Dentro de la lenta cadena, unos mamíferos vertebrados de la familia de los monos desarrollaron su cerebro más que los demás organismos vivientes y dieron pie al Homo sapiens hace apenas 100.000 años. Antes de derivar de las bacterias y luego de los monos, lo hicimos primero de los astros y las galaxias. 
En el prólogo del clarificador libre de divulgación científica La historia más bella del mundo, Dominique Simonnet dice: “Sí, es sin duda la historia más bella del mundo, porque es la nuestra. La llevamos en lo más profundo de todos nosotros: nuestro cuerpo compone de los átomos del universo, nuestras células encierran una parcela del océano primitivo, nuestros genes son mayoritariamente comunes a los de nuestros vecinos primates, nuestro cerebro posee los estratos de la evolución de la inteligencia y, cuando se forma en el vientre materno, el hombre hace de nuevo en pequeño, de forma acelerada, el recorrido de la evolución animal, ¿Quién puede negar, pues, que es la historia más bella del mundo?”. 
Pep Guardiola tampoco va tan desencaminado en su anuncio televisivo para explicar en menos de un minuto los 15.000 millones de años del Universo y, quizás, del fútbol.

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